27 de diciembre de 2010

Viviendo el día a día...


De nuevo aquí. Sí, volví.
Quise dejar esto por aburrimiento, falta de madurez... Quizás solo por dejar atrás las cosas que me hacían (hacen) daño. Aquí estoy, vuelvo a ver este medio como un lugar de desahogo, como un lugar donde pueda expresarme sin esperar manifestación alguna en respuesta. Quiero seguir escribiendo la historia de mi vida, quiero seguir graficando mis pensamientos, mis emociones. Quiero seguir ilustrando las vagas ideas que rebotan día a día en mi habitación, esperando ser coloreadas, mencionadas quizás. Últimamente, casi dos meses... Ahí estuvieron, esperándome, esperando a que volviera a este lugar, esperando a que tomara nuevamente un lápiz y un papel, esperando irresistiblemente salir de aquel lugar oscuro y reprimido. Repito, estoy de vuelta.
No sé si actualice a diario. Actualmente mi tiempo está sobrecargado, de la misma forma, mi mente también lo hace, por lo que tengo mucho que decir, mucho que escribir.-

26 de diciembre de 2010

Espontaneidad.

Bar.

-Hola, mucho gusto. ¿Cómo está?
-Mejor que otras veces.
-Y ¿Qué haces en un bar a esta hora de la noche?, ¿Alguna mujer le quita el sueño o un tema en cuestión lo amarra a la patética realidad?
-Tomo algún licor fuerte, de extraña procedencia. Su aroma no me es familiar; su color, pocas veces lo he visto en alguna botella. ¿Qué hago aquí?, Comprendiendo la composición de este licor, puede ser.
-Acá todo es algo raro, no hay explicación. Si ves, cada alma en este lugar es diferente con una vida oculta -quizá- mis ojos suben y bajan reconociendo al sujeto, como tú. Nunca te había visto y no deberías estar acá...
-¿No? Entonces, ¿Dónde debería estar? ¿Qué debería estar haciendo en este momento? Si lo que busco es la verdad, un lugar tan inspirador como este (...) un lugar como este me abre a nuevos mundos, nuevas perspectivas. Me gusta este lugar, ¿A ti no?
-Por algo estoy aquí sentada, bebiendo de este licor rojo carmesí. Los minutos pasan y cada parte de mí me dice que este es mí lugar, fuera de todo, dentro de algo, la vida es una ironía mal echa, ¿No lo crees?
-Lo creo así, pero nosotros mismos hemos hecho de ella una ironía, un mal chiste, una dañina broma...
-Aún tengo una pequeña duda.
-Cuál?
-¿Quién eres tú realmente? No te comportas como todos en este lugar. Me hace pensar que probablemente esté hablando conmigo mismo, con mis pensamientos o con un extraña sensación, una pequeña ventisca. ¿Ya ves? está abierta la ventana.
-Soy un juego del destino si existiera, un conjunto de situaciones, si fuera un pensamiento. Vaya que sería fácil escapar, ¿No tienes frío?, No sé si es eso lo que me hace temblar.
-No, al contrario. Arde dentro de mí la vengativa bengala de ataque. Si miras directamente a mis ojos verás la incandescente llama (...) un espectro de colores se luce con la quema de cada pensamiento, emoción, sentimiento roto. Dicen que es hermoso, pero... pese a los intentos por notar quizás, hasta la más mínima lengua de fuego perdida, me es imposible.
-Se siente como micro explosiones, lo sé. No me preguntes por qué, puedo deducirlo sin mirarte a los ojos, y no podría tampoco. Perdí el sentido de mi cuerpo, el fuego te consume en pequeños hilos, ¿No lo sientes?. Cada parte de mí se desmorona solo al decirlo. Tú te vez fuerte aún, no te quedes más tiempo, ya no podrás escapar...
-Podrías llamarte amigo, podrías ser la confianza misma, pero no me moveré de este lugar. Ambiciones y deseos me mantienen aquí, al borde del colapso. No podría respirar aire fresco; me tardaría mucho más en acostumbrarme al sol, mi cuerpo se mimetiza con este lugar, mi cuerpo se adaptó a este lugar. Vivo del humo del tabaco, corre ese sucio gas por mis venas; me alimenta la tenue luz roja que sale de aquella pantalla hindú; mi mente está en continuo trabajo y la sociedad subterránea que existe en este lugar me suministra las palabras, las críticas que alguna vez necesitaré. Sí, lo creo así. Este es mí lugar ahora, como para este lugar, yo soy parte de él.
-Te adaptaste antes de lo que pudiera imaginar. Debiste estar aterrado al entrar aquí, y si no tuviste miedo, enséñame a quitarlo de encima, aunque es imposible. Soy un juguete roto que dejaron tirado, eso en realidad somos aquí, pero nos negamos al salir(...) Todos tenemos nuestro método para dejar de existir, pero nadie se atreve, eso sí que es una ironía. Fumamos sin control, bebemos por costumbre, nos damos a placeres sin disfrutarlos, es una rutina, simple y patética. Solo me dedico a escribir, confundiendo la verdad con la fantasía, mi vida se perdió ni siquiera sé cómo llegué aquí...
-Acércate, te confiaré algo: El mundo que conocíamos se ha ido. Si miramos hacia atrás, solo veremos oscuridad, es demasiado tarde para preguntarse el cómo y el por qué de las cosas. Nuestro ticket de viaje solo era de ida. ¿Fuiste capaz de darte cuenta de lo que hablo?
-Creo, Ya no tenemos vuelta, ahora sí que tengo miedo, tu calor eriza mi piel como si me hubieras abierto los ojos ante algo tan obvio e iluso. No debería, pero tengo miedo, cierro los ojos y no encuentro nada, tampoco puedo mirar los tuyos, no puedo, no puedo, ¿Es tan difícil esto?
-Y cada vez se hará más difícil. Hemos cruzado la gran barrera, estamos ya en una especie de clímax, ¿Puedo decirte algo más? El temor corroe mi piel, mis carnes(...) Llega a mis huesos y sin piedad alguna ataca, de lleno, a mis nervios.
-Es demasiado, pero es el comienzo a la vez. Cuando tu corazón deje de latir, es un vacío infatigable, ruidoso, inquietante. Mira mis manos son blancas en comparación a las tuyas, y aún así eres más valiente que yo. Estoy vacía, la sangre no existe, el calor tampoco, y el deseo inexistente. ¿Aún quieres quedarte o vas a seguir solo, buscando una respuesta?
-Y tú, ¿Dónde piensas ir?
-A ningún lado, no podría.
-He aprendido mucho de ti y por lo visto, has aprendido mucho de mí.
-¿Hasta donde llegaremos?
-Esa no es pregunta para mí.
-Entonces, ¿Te importa si me acerco un poco más? El calor ya me es algo olvidado.

Sebastián, Consuelo.
24 de Octubre de 2010