29 de abril de 2012

Este es el invierno, el que juega conmigo.

A veces envidio las relaciones de otras personas, sobre todo a las relaciones con parejas del mismo sexo. Por qué todo tiene que parecerles tan fácil y por qué a otros nos tiene que ser tan difícil? Cómo me gustaría mirar a este estúpido y decirle: oye, te quiero y te quiero conmigo. Darle cuenta de que las cosas no son como él las ve. Me gustaría poder enseñarle eso, que pese a todo lo que ocurra alrededor, un beso, que te tomen la mano, que te abracen o que te digan 'te quiero' no tiene que ver con el resto del mundo, es solo para nosotros. Hay situaciones que me descolocan. El martes pasado estábamos en busca de bufandas, habían demasiadas. Le dije: mira, esta me gusta. A lo que él me miró y me respondió: A mí me gustas tú. Son esas las tonteras que hacen que él sea perfecto, sea lo que siempre quise para mí. Me siento tan bien, tan cómodo que siento que todo resulta, que todo está saliendo como siempre esperé. Me gustaría estar con él ahora, calentándome las piernas como el otro día, para mirarlo y perderme en sus ojos grises, para reírme a carcajadas, para que me haga cosquillas, para que me saque la chasquilla de los ojos, para molestarlo por ser un tonto... para que me diga 'te quiero' y así poder dormir tranquilo por la noche. Creo que estoy loco, sí, muy loco.

11 de abril de 2012

Volveré cuando menos lo quiera.

Un atardecer de otoño, de aquellos que combinan colores en el cielo. Las nubes en ese momento formaban figuras que nosotros no más podíamos ver, y de ellas reír. Tuvimos un momento en el que nos acercamos un poco más, él se abalanzó sobre mí en una especie de jugarreta que incluía cosquillas. Yo le sujetaba las muñecas, pero él me lanzaba al suelo. Cuando nos aburrimos, volvimos al pasto del parque, nuevamente a mirar al cielo. Ya había empezado a oscurecer, las estrellas se escondían cada vez que la nubosidad se paseaba entre las miradas de quienes observábamos el cielo en ese minuto. Estábamos los dos, mirando a ningún lugar allá arriba, cayó una gota en mi rostro. Fueron aproximadamente unos 5 minutos en que llovió inesperadamente sobre nosotros, que no nos movíamos de aquel lugar. Movió su cabeza a mi hombro y cruzamos nuestras piernas, espontáneamente. Al detenerse la lluvia, comenzó a correr una ventisca fría, lo que nos obligó a acercarnos un poco más uno de otro. Cruzó su brazo encima de mí, con el que me abrazó. Yo, busqué una de sus manos, la que tomé. Noté su nerviosismo, era comprensible, yo también estaba muy nervioso. Buscó mi mirada, sonrió, y nos besamos. "Me gustas", me dijo él. Yo solo lo miré, sonriendo como un idiota. Precisamente no estaba preparado para ese momento, no iba dispuesto a sacar todo de mí para que pudiera suceder algo. La cosa fue así, llegó de sorpresa y seriamente no me lo esperaba. Al caminar hacia el Metro, me decía que era algo de lo que tenía miedo, ya que no sabía cómo podría haber sido. Él tenía miedo, porque no sabía si lo que él sentía podría llegar a ser en un momento mutuo. Lo detuve un momento. Lo miré y le dije que todas sus palabras podría estar utilizándolas yo en ese momento. Era exactamente lo que pensaba yo. Pasó un momento en que estuvimos caminando en silencio, solo el ruido de la ciudad en plena hora peak nos acompañaba mientras nos hacíamos paso hacia el tren. Mientras cruzábamos el río Mapocho, no pude contenerme más: "Max, me gustas también".

9 de abril de 2012

Volveré cuando menos lo quiera.

Y creo que terminaré todas las noches, antes de irme a dormir, escribiéndote. Porque realmente estoy... impresionado con la forma en que haz llegado a mí. No sé cómo sucedió, nunca pensé que sería así. Nunca pensé que en ti encontraría a la persona que siempre estuve buscando. Solo quiero estar situado en el mundo real, olvidarme de lo que está pasando conmigo, pero no niego que me he sentido demasiado bien estos días imaginando qué sería de nosotros si fuéramos uno.

8 de abril de 2012

Volveré cuando menos lo quiera.

Así como dice el título de esta entrada, yo sé que volveré a esto. Cuando menos quería que pasara, cuando creía que las cosas mejoraban para mí, volveré (creo) a este ciclo de comenzar bien, seguir mal, colapsar y terminar bien. Últimamente no sé qué pasa conmigo, necesitaba escribir para poder centralizar mis ideas y pensamientos para tener, por lo menos, un panorama más claro de lo que a mí me está pasando. Si ahora dijera: -Me gustas porque me encanta tu forma de ser. -Me gustas porque sé que eres sincero. -Me gustas porque el destino escribió que debía ser así contigo. -Me gustas porque siempre esperé a alguien como tú cerca de mí. -Me gusta tu nombre, me gustan tus ojos, me gusta tu risa, me gusta tu voz, me gusta tu compañía. -Me gustas porque sí, me gustas porque sí. Sabría que las cosas que están pasando en mi cabeza son de lo más loco. Hacía ya tiempo que no me gustaba alguien de esta manera, quizás es apresurado el decir que 'me gusta', pero no sé, es lo que ahora siento. Me da pena, por muchas razones. Es otoño, comienza a hacer frío. En este momento, el cielo está cubriéndose de nubes y, ciertamente, creo que es la respuesta al por qué a la siguiente pregunta: Qué es lo que me motiva a escribir? Es otoño, es la temporada del amor. Por lo menos, para mí.