4 de enero de 2011

Pánico en mi habitación.

A veces falta que todo explote de manera inmediata, para acabar con la presión de una sola vez; para evitar de que todo lo que siga, siga mal; para comenzar a ver el verdadero rostro de las personas, conocer sus mente de manera explayada y vulnerable. 
Bueno, hoy todo explotó, y gracias a eso, pude tener frente a mí a una de las personas más importantes en mi vida de manera completa, y como dije previamente, vulnerable. Hoy, por primera vez, puedo decir que hablé (...) no de hombre a hombre, ni de padre a hijo, sino que de amigo a amigo. 
En el momento en que todo el mundo cayó frente a sus ojos, no buscó a nadie, él no sabía qué hacer, y yo lo notaba. Hasta que unas palabras: "Seba, acompáñame un momento, por favor." Me hizo levantar de la cama, sabiendo realmente lo que quería.
Me reveló la inmensidad de sus problemas, de sus errores y con énfasis, su arrepentimiento. Ahí pude descubrir la inteligencia de mi padre, la inteligencia y la grandeza que aún no podía demostrarme, o mejor dicho: la que aún yo no podía ver. Descubrí que tras la imagen de un hombre fuerte, existe un pequeño ser que aún con su edad, no puede ver más allá de las cosas.
Hoy, esta semana, en realidad; ha sido agitado, en demasía. Los momentos en que he necesitado el descanso están, pero no he podido ejercer mi derecho humano. Por cosas de la vida, por jugarretas de mi mente, por problemas e incoherencias sociales.
A veces creo que llegará el día en que colapse de manera natural. Evitando las pastillas, el alcohol, etc...
Saludos, gracias.-

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