1 de agosto de 2010

Viviendo el día a día...

Una semana demasiado cargada, desde la melancolía hasta la alegría.


Y todo se dio como tenía que pasar, era obvio, nadie soporta la avaricia y el egoísmo de mi persona. Bueno, me enganché demasiado a él, creo que será la última vez que todo tenga tal armonía, como en aquellos días, aquellas tardes. Donde me sentía como en otro sitio, en otra vida, en otro cuerpo. Sentía que no era Sebastián... sentía que eramos, junto con Ronald, uno solo. Compartiendo las mismas cosas, los mismos aires, los mismos paisajes.
Debo confesarlo: Lo amé y aun le amo.
El quiebre de nuestra 'relación' me dolió mucho, sí. Me siento destruido, no sé realmente que sentir, como estar: Si bien o mal; si sonreír o llorar, si hablar o callar. La puta madre, lo extraño demasiado. Extraño las caricias de sus dedos en la palma de mi mano, era algo que comúnmente lo hacía y... que yo adoraba. Extraño su voz, extraño sus 'te quiero' y sus regodeos de niño chico, por la mierda, me encantan. Sus abrazos, sus lágrimas, sus ojos, sus palabras de aliento, sus manos, su pelo. Quiero que vuelvas, quiero volver a tus brazos y sentirte de mi pertenencia. Quiero sentirme bien. Quiero ser feliz. Te amo.


Esto ha sido difícil de enfrentar, mi mamá me llevó al hospital porque según ella estaba mal. Me vio tiritando y transpirando, vahído. Ahí el doctor me llevó a una habitación y comenzó a hacerme preguntas. Terminó la entrevista y mi mamá entró a la misma habitación y salió a los pocos minutos con una bolsa con remedios. De vuelta a casa me vino hablando de que tenía que darme unas gotas al empezar el día, no me habló de pastillas. Mi instinto me llevó a revisar sus cosas y robé una de las cajas de Alprazolam y me tomé algunas. No me afectaron de la manera que esperaba.


Ayer, sábado por la noche llegó un amigo mío, uno de mis mejores amigos dándome ánimos para ir a la casa de una amiga y pasar el rato en un carrete. De alguna forma se enteró de todo, alguien le dijo, pero... ya no importa. Estuvimos un buen rato jugando a la 'cultura chupística' hasta que ya se hizo muy tarde y muchas de las chicas se fueron. Quedamos solo yo, Nicolás (amigo) y Valeria (que al final resultó ser prima de Nicolás).
Nicolás volvió a emborracharse, como de costumbre y yo traté de ser un poco más cauto con el alcohol esta vez. Él vomitó y se quedó en el sillón... muerto y, yo y Valeria, solo observábamos sus estupideces hasta que se durmió.
Comenzamos a hablar de nuestras vidas, historias y anécdotas. Hablábamos mucho acerca de nosotros hasta que me preguntó si había terminado o algo así. Se había esparcido un rumor, pensé. De todos modos, le respondí que sí. Ella tomó mis manos y comenzó a compararlas con las mías, las examinaba minuciosamente hasta que estas quedaron cerradas. La miré a los ojos, eran preciosos, corrí la chasquilla de su cara y la besé. Solo fue un impulsó al que ella no se opuso. Ya era tarde, me tenía que ir. Ella insistió en ir a dejarme a la esquina de la calle y tomó mi mano. Caminamos a pasos lentos y al despedirme y veía obligado a abrazarla y no soltarla. Mi boca quedó a la altura de su frente, la cual besé. Comenzó un jugueteo con las narices y los roces con los labios, hasta que el momento preciso se dio y comenzamos a besarnos. No había nadie en ese lugar, el silencio reinaba sobre cada rincón, solo estábamos ella y yo insertos en un mundo propio, de jugarretas y caricias en el rostro. Mis sentimientos y emociones eran inexplicables en ese momento. Conocía a aquella chica hace solo unas hora, pero... disfruté ese beso, no quería dejarla ir, pero debía decirle adiós, era demasiado tarde. Solté una mano y no pude hacerlo con la otra, ella también la sostenía, con fuerza. Volví a abrazarla y nos dimos un último beso, y le dije que no tenía planeado esto y que había sido genial a pesar de los problemas que hubieron en el transcurso de la noche. La solté y me vine a casa. Eran las 4:50 de la mañana y mi mamá se despertó enojada y me castigo por haber llegado muy tarde, pero eso fue lo de menos. Al acostarme comencé a resumir mi día, pero en mi cabeza seguía el sentimiento y las imágenes de hace unos 30 minutos atrás. Mentalmente me sentí descansado, necesitaba una muestra de cariño. Di la vuelta, ordené las almohadas y cerré los ojos.



5 comentarios:

  1. Me gusto tu entrada, aunque al principio me dio como penita.. y al final me termino dando ternura como te hizo sentir la chica....
    te sigo :3

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  2. cómo sentirse, gran dilema... cruel dilema.
    un consejo? no te acurruques en la soledad, que por más tranquila que parezca es la más engañosa. Llora lo que debas llorar, descansa lo que necesites descansar pero date el tiempo con tus amigos, con conocer nueva gente, no necesariamente a la ''chica'' que te logró despejar, sino que a amigos nuevos, personas nuevas :) Debo decir que he vivido lo que ahora acontece en tu vida, por eso espero que no cometas las mismas estupideces que yo :3

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  3. Solo me queda decir, se feliz querubin ^^, disfruta estos pequeños momentos ajenos a toda influencia de pensamientos y actuaciones patrocinadas por la razón c:

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  4. Besame a miiiiiiiiiiiiii!!!!!!!! :P jajaj besitos , que bueno que hayas tenido ese momento :D

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  5. me encanto tu entrada sebas... los primeros párrafos describian lo que yo siento ahora... me parece genial que hayas tenido un momento en donde piensas que eso del amor y la ternura no han muerto del todo.... suerte y besos!!

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