8 de marzo de 2010

Evidentemente sabes que de ti estoy hablando...

Era lo que esperaba que pasara... El solo hecho de ver tu cara, tus ojos, tu boca... Me inundo en un silencio indescriptible que paso desapercibido por aquella mascara de felicidad que utilice antes de caer en el abismo. Se que estuviste ahí... Sentí esa flecha en mi cabeza que había dejado de sentir hace unos meses y que hoy nuevamente se hace presente para afirmar y comprobar de que eres esa razón. Al mirar hacia atrás estabas ahí con la mirada clavada y como de costumbre: pasaron unos segundos y diste la espalda. Como siempre lo has hecho.

Sabes... Tengo un par de palabras y frases para dedicarte en este momento, pero no puedo decir nada. Solo se que todo inicio tiene su fin... y este fin... me llevara hasta el final.

La presión no me deja tranquilo:
T E  O D I O! [Cualquiera se daría cuenta de que esta frase de dos palabras, seis letras y una infinidad de significado... es falso.]

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